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RICK
WAKEMAN - VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA
(1974)
Rick Wakeman - Sintetizadores,
teclados
Carry Pickford-Hopkins - Voz
Ashley Holt - Voz
Mike Egan - Guitarras
Roger Newell - Bajo
Barney James - Batería
Orquesta Sinfónica de Londres y
el Coro de la Cámara Inglesa
Narración en Español
Esta obra maestra de Rick Wakeman fue grabado en vivo y se
basó en la obra clásica de Julio Verne. Se ha incluido la
letra que aparece en el disco. Sin embargo, existe una
narración adicional que no aparece en el librillo.
La trascripción de la narración fue hecho por
Carlos Alberto Teixeira.
Aquí les presento primero una versión traducida y más abajo
la versión original en inglés.
TRADUCCIÓN
Narración 1
Admirando las sombras de la lava que cambiaba
imperceptiblemente
del rojo más intenso al amarillo más brillante,
su camino era iluminado por cristales que aparecían como
globos encendidos,
continuaron a través de la galería de lava,
que se inclinaba gentilmente hasta llegar a la intersección
de dos caminos.
Sin pensarlo, el Profesor Lidenbrook eligió el túnel este.
Y el viaje continuó a través de una sucesión de arcos
que aparecían ante ellos como si fueran los corredores de
una catedral gótica;
las paredes aparecían resaltadas con impresiones de maleza y
musgos de Roca de la época Siluriana.
Narración 2
La ruta del Este los llevó a un callejón sin salida.
Con tres días para llegar a la bifurcación para hallar la
ruta original de Arne Saknussemm,
sus raciones de agua se limitaban a un sólo día.
Sabiendo que su única oportunidad de encontrar agua se
encontraba en esa ruta,
se dirigieron a la bifurcación y cuando llegaron se
sintieron casi sin vida para el tercer día.
Luego de descansar, continuaron al otro túnel en su búsqueda
de agua,
y luego de buscar por su cuenta, Hans, el guía,
escuchó el sonido del agua sonando a truenos detrás de una
pared de granito,
y con una piqueta, atacó la pared lo que permitió que
entrara
una corriente de agua hervida y fría en su túnel.
No sólo hallaron vida en el agua sino que también
encontraron
una orientación del flujo hacia el Centro de la Tierra.
Lo llamaron el Hansbach.
Narración 3
Reabastecidos de agua, el viaje continuó sin incidentes,
pero de alguna forma, se separaron.
El sobrino del Profesor Lindenbrook, Axel, se quedó solo.
Su mente se apoderó de un temor incontrolable y tuvo
añoranzas de su hogar.
Su prometida Grauben, su casa y sus amigos en Hamburgo.
Sufrió de alucinaciones de todos los incidentes del viaje.
Y sintiéndose un inútil, se arrodilló en una ferviente
oración y luego en pánico,
corrió ciegamente a través de un túnel sólo para llegar a un
callejón sin salida,
donde cayó falto de respiración.
En la oscuridad lloró ... voces... voces... voces...
Escuchó voces. Escuchó la voz de su tío.
Debido a la forma de la galería y del poder conductivo de
las rocas,
la voz viajaba sorprendentemente alrededor de las paredes.
Usando los cronómetros se dieron cuenta que estaban
separados cuatro millas,
así que Axel se puso a la tarea de reunirse con el Profesor
y su guía.
Narración 4
De repente el suelo desapareció de sus pies.
Cayó a un pozo vertical, y su cabeza golpeó una roca
punzante. Perdió la conciencia.
Al abrir los ojos, se encontró con el Profesor y el guía, y
al mirar alrededor suyo,
vio un océano tan amplio extendiéndose como se podía ver,
un bosque gigantesco de hongos, una hilera de riscos
elevados
y nubes extrañas que colgaban en lo alto,
mientras descansa sobre una orilla indentada
profundamente de arena dorada esparcido con conchas.
Por un momento, pensó que había regresado a la superficie de
la tierra,
pero pronto se dió cuenta que había llegado a un mundo
dentro de un mundo.
Narración 5
Habiendo construido una balsa de la madera tomada de un
hongo gigante del bosque,
constituyendo el aparejo un mástil hecho de dos pedazos
unidos,
una cerca hecho de un tercer pedazo,
y una vela tomada prestado de sus tapetes,
salieron del puerto - el Puerto Grauben,
llamado así por la prometida de Axel.
Con un viento dirección norte oeste impulsándolos cerca de
tres millas por hora,
con rayos plateados de luz, reflejado en varios lugares con
salpicadura de gotas,
se produjeron puntos luminosos en el remolino creado por la
balsa.
Pronto dejaron toda vista de la tierra.
Luego de cinco días en el mar,
presenciaron una tremenda batalla entre dos monstruos del
mar.
Uno que tenía el hocico de una marsopa, la cabeza de un
lagarto
y los dientes de un cocodrilo - un Ictiosauro.
Y el otro, el enemigo mortal del primero,
una serpiente con la caparazón de un tortuga, un
Plesiosauro.
Narración 6
Grandes cúmulos de nubes se formaban al sur,
como gigantescos paquetes de lana amontonados en un desorden
pintoresco.
Se juntaron bajo la influencia de las brisas, volviéndose
más oscuras,
formando una masa amenazante.
La balsa descansaba sin movimiento en el perezoso mar sin
ondas
y en silencio esperaron por la tormenta.
Narración 7
Durante cuatro días rompió la tormenta mientras
se aferraron del mástil de la balsa buscando refugio.
Finalmente, siendo la balsa destrozada al ser aplastado
contra los arrecifes,
encontraron refugio de la copiosa lluvia debajo de unas
rocas,
que colgaban donde comieron y durmieron.
Al día siguiente todo rastro de la tormenta había
desaparecido
y lo que quedó de su cargamento parecía intacto.
Al chequear el compás se descorazonaron al darse cuenta
que el viento durante la tormenta los dejó a sólo pocas
millas de Puerto Grauben.
Así que decidiéndose tratar de encontrar la ruta original
avanzaron con dificultad sobre fragmentos de granito
mezclado
con pedernal, cuarzo y depósitos aluviales,
llegando eventualmente a una llanura cubierta de huesos,
como un gran cementerio.
Una milla más adelante llegaron al borde de un bosque
gigantesco
creado por la vegetación del período Terciario.
Palmas altas se unían a una red de enredaderas intrincadas,
una alfombra de musgo cubriendo el suelo y las hojas eran
incoloras,
dejando un matiz marrón.
Explorando el bosque descubrieron una horda de animales
gigantescos,
Mastodontes, que fueron reunidos por un ser humano
primitivo, un Proteo.
Se paró cerca de unos doce pies de altura y blandió una
enorme rama,
un gancho merecedora de este pastor antidiluviano.
Narración 8
Mudos por el asombro y el aturdimiento que bordeaba en el
estupor,
se dirigieron hacia el bosque.
Instintivamente, se dirigieron al Mar Lidenbrook.
Al descubrir una daga oxidada en la playa, y las iniciales
incrustadas del explorador
en una loza de granito, se dieron cuenta que estaban de
nuevo
siguiendo la ruta de Arne Saknussemm.
Siguiendo un corto viaje al mar alrededor de un cabo,
llegaron a la orilla donde un oscuro túnel se hundía en lo
profundo de la roca.
Aventurándose, su progreso se detuvo
por un pedazo de roca que les bloqueaba el paso.
Luego de decidir volarla y colocar la carga, se guarnecieron
en el mar.
Con la explosión las rocas se abrieron como una cortina,
y apareció un pozo sin fondo en la orilla.
La explosión ocasionó un terremoto, se abrió el abismo,
y el mar estaba cayendo en ella.
Cada vez más abajo se sumergieron en una gigantesca galería,
pero al recobrar el sentido se dieron cuenta
que la balsa se elevaba a una tremenda velocidad.
Atrapados en el hueco de un volcán activo se elevaron
a través de las épocas del hombre
para ser finalmente expulsados a un lado de la montaña
plagado de pequeñas corrientes de lava.
Su viaje había sido completado y se encontraron
a 3000 millas de su punto de inicio en Islandia.
Habían entrado a un volcán y habían salido por otro.
Con las montañas azules de Calabria en el este,
se alejaron de la montaña que los había regresado.
El temible Monte Etna.
Narración en Inglés
Narration 1
Admiring shades of lava which imperceptibly passed from
reddish brown to bright yellow,
their way lit by crystals appearing as lighted globes, they
continued through the lava gallery,
which gently sloped until they reached the inter section of
two roads.
Without hesitation Professor Lidenbrook chose the eastern
tunnel.
And the journey continued through a succession of arches,
appearing before them as if they were the aisles of a gothic
cathedral;
the walls were enhanced with impressions of Rock weeds and
mosses from the Silurian epoch.
Narration 2
The Eastern route they had taken had come to a dead end.
With three days walk back to the fork to find Arne
Saknussemm's original route,
they found their water rations were limited to one day.
Knowing their only change of finding water was on that route,
they set off for the fork and there finally they fell almost
lifeless on the third day.
After sleep, they continued down the other tunnel in their
quest for water,
and whilst searching on his own, Hans, the guide,
heard the sound of water thundering behind a granite wall,
and, with a pick axe, attacked the wall so as to allow a
stream of
boiling water to enter and cool in their tunnel.
Not only had they found life in the water but they had also
found
a flowing guide to the Centre of the Earth.
They called the stream the Hansbach.
Narration 3
Replenished with the water the journey continued with haste,
but somehow they find themselves separated.
Professor Lidenbrook's nephew Axel found himself alone.
His mind was seized with unparalleled fear and he saw
memories of home flashing before him.
His fiancee Grauben, his house and friends in Hamburg.
He saw hallucinations of all the incidents of the journey.
And, unworthy as he felt, he knelt in fervent prayer and
then, in panic, he ran
blindly through a tunnel only to reach a dead end, where he
fell panting for breath.
In the darkness he cried... voices... voices... voices...
He heard voices. He heard his uncle's voice.
Due to the shape of the gallery and the conducting power of
the rocks,
his uncle's voice was uncannily travelling around the walls.
By means of their chronometers they discovered they were
four miles apart,
so Axel set about the task of rejoining the Professor and
their guide.
Narration 4
Suddenly the ground disappeared from beneath his feet.
He fell down a vertical shaft, his head hitting a sharp
rock. He lost consciousness.
On opening his eyes, he found himself with the Professor and
the guide, and,
looking around him, he saw an ocean stretching as faras the
eye could see,
a giant forest of mushrooms, a line of huge cliffs, and
strange clouds hung
overhead, as he lay on a deeply indented shore of golden
sand strewn with shells.
For a moment, he thought he was back on the surface of the
earth,
but soon realised that they had reached a
world within a world.
Narration 5
Having made a raft from wood taken from the giant mushroom
forest,
with rigging consisting of a mast made of two staves lashed
together,
a yard made of a third, and a sail borrowed from their stock
of rugs,
they set sail from the harbour - Port Grauben, named after
Axel's fiancee.
With a north-westerly wind propelling them along at about
three miles an hour,
silvery beams of light, reflected here and there by drops of
spray,
produced luminous points in the eddy created by the raft.
Soon all land was lost to view. Five days out to sea,
they witnessed a terrifying battle between two sea monsters.
One having the snout of a porpoise, the head of a lizard,
and teeth of a crocodile - an Ichthyosaurus.
And the other, the mortal enemy of the first,
a serpent with a turtle's shell, the Plesiosaurus.
Narration 6
Cumulus clouds formed heavily in the south, like huge wool
packs
heaped up in picturesque disorder.
Under the influence of the breezes they merged together,
growing darker, forming a single menacing mass.
The raft lay motionless on the sluggish waveless sea
and in silence they waited for the storm.
Narration 7
For four days the storm had raged as they clung to the mast
of
their raft for safety. Finally, with their raft wrecked
after
being bashed against the reefs, they lay sheltered from the
pouring rain beneath a few overhanging rocks where they ate
and
slept. The next day all trace of the storm had disappeared
and
what remained of their stock seemed intact. Checking the
compass
brought only heartbreak as it showed that a chance of wind
during
the storm had returned them to just a few miles north of
Port
Grauben. So, deciding to try and find the original route
they
advanced with difficulty over granite fragments mingled with
flint, quartz, and alluvial deposits, eventually reaching a
plain
covered with bones, like a huge cemetery. A mile further on,
they
reached the edge of a huge forest made up of vegetation of
the
Tertiary period. Tall palms were linked by a network of
inextricable creepers, a carpet of moss covering the ground
and
the leaves were colourless, everything having a brownish
hue.
Exploring the forest they discovered a heard of gigantic
animals,
Mastadons, which were being marshalled by a primitive human
being,
a Proteus. He stood over twelve foot high and brandished an
enormous bough, a crook worthy of this antediluvian
shepherd.
Narration 8
Dumb with astonishment and amazement which bordered on
stupefaction,
they fled the forest. Instinctively, they made towards the
Lidenbrook Sea.
Discovering a rusty dagger on the beach, and the carved
initials
of the explorer before them on a slab of granite,
they realised that thay were once again treading the route
of Arne Saknussemm.
Following a short sea journey around a cape,
they came ashore where a dark tunnel plunged deep into rock.
Venturing down, their progress was halted by a piece of rock
blocking their way.
After deciding to blow their way through, and setting the
charge,
they put out to sea for safety. With the explosion,
the rocks before them opened like a curtain,
and a bottomless pit appeared in the shore.
The explosion had caused an earthquake, the abyss had opened
up,
and the sea was pouring into it.
Down and down they plunged into the huge gallery,
but on regaining their senses found their raft rising at
tremendous speed.
Trapped in the shaft of an active volcano they rose through
the ages of man to be finally expelled out on a mountain-side riddled with
tiny lava streams.
Their journey was completed and they found themselves 3000
miles
from their original starting point in Iceland.
They had entered by one volcano and they had come out by
another.
With the blue mountains of Calabria in the east they walked
away
from the mountain that had returned them.
The frightening Mount Etna.
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