KING
CRIMSON -
EN LA CORTE DEL REY CARMESÍ
(1969)
Robert Fripp - Guitarra
Ian McDonald - Reeds, woodwind,
vibes, teclados, melotrón, Voces
Greg Lake - Guitarra (bajo),
voces principales
Michael Giles - Batería,
percusión, voces
Peter Sinfield - Palabras e
iluminación
Lista de Temas: El Hombre
Esquizofrénico del Siglo 21 incluye Espejos
Le hablo al Viento
Epitafio incluye La Marcha Sin Sentido y
Mañana y Mañana
Niña de la Luna incluye El Sueño y La Ilusión
La Corte del Rey Carmesí incluye
El
Regreso de la Bruja del Fuego y
El Baile de los Títeres
Traducido por: Fernando Higa
El Hombre Esquizofrénico del
Siglo 21
Garras de hierro de las patas de gato
los neurocirujanos claman por más
en la puerta de venenos de la paranoia
el hombre esquizofrénico del siglo 21.
La sangre rasga el alambre de púas
la hoguera del funeral de los políticos
los inocentes violados con el fuego de napalm
el hombre esquizofrénico del siglo 21.
La semilla de muerte ciega el anhelo del hombre
los hambrientos poetas sangran a los niños
nada que tiene realmente necesita
el hombre esquizofrénico del siglo 21.
Le hablo al Viento
Le dijo el hombre correcto al hombre moderno donde has estado
Estuve allí y estuve allá y estuve en medio de ellos.
Le hablo al viento mis palabras son llevadas,
le hablo al viento
el viento no escucha, el viento no puede oír.
Estoy afuera mirando hacia adentro qué es lo que veo
mucha confusión, desilusión alrededor.
No me posees, no me marques, sólo trastorna mi mente
no puedes instruirme ni conducirme, sólo malgasta mi tiempo.
Le hablo al viento mis palabras son llevadas,
le hablo al viento
el viento no escucha, el viento no puede oír.
Epitafio
El muro en el que los profetas escribieron
se está rajando por las grietas.
Sobre los instrumentos de la muerte
el rayo del sol fulgurea claramente.
Cuando cada hombre está desgarrado
con pesadillas y con sueños,
nadie se colocará la corona de laurel
mientras el silencio ahoga los gritos.
Entre las puertas de acero del destino,
se disecaron las semillas del tiempo,
y bañados por los actos de
quienes conocen y son conocidos;
el conocimiento es un amigo mortífero.
Cuando nadie hace las reglas.
Veo que el destino de toda la humanidad
está en las manos de los tontos.
La confusión será mi epitafio
mientras me arrastro por un camino rasgado y roto
si lo logramos podremos sentarnos y reir.
Pero me temo que mañana estaré llorando.
Sí me temo que mañana estaré llorando.
Niña de la Luna
La llaman la Niña de la Luna
bailando en los bajos de un río
niña solitaria de la luna
soñando a la sombra del sauce.
Hablando a los árboles de la extraña telaraña
durmiendo a los peldaños de una fuente
ondeando varillas de plata
a la canción de las aves nocturnas
esperando por el sol de la montaña.
Ella es una niña de la Luna
reuniendo las flores en un jardín.
adorable niña de la luna
flotando sobre los ecos de las horas.
Navegando sobre el viento
en una bata blanca como la leche
dejando caer piedras circulares sobre un reloj de Sol
jugando a las escondidas
con los fantasma del amanecer
esperando por una sonrisa de un niño del Sol.
La Corte del Rey Carmesí
Las enmohecidas cadenas de las prisiones lunares están
destrozadas por el sol.
Doy un paseo y los horizontes cambian el torneo ha
comenzado.
El flautista púrpura toca su tonada, el coro canta
dulcemente;
tres arrullos en una lengua antigua, para la corte del Rey
Carmesí.
El guardián de las llaves de la ciudad pone cerrojos a los
sueños.
Espero afuera de la puerta del peregrino con planos
insuficientes.
La reina negra canta la marcha fúnebre.
Las rasgadas campanas de bronce tocarán para llamar a la
bruja de fuego
en la corte del Rey Carmesí.
El jardinero planta una siempreverde mientras pisa una flor.
Persigo el viento de un barco de prisma para saborear lo
dulce y lo amargo.
El modelo de prestidigitador levanta su mano; la orquesta
empieza.
Mientras suavemente cambia la rueda de molar en la corte del
Rey Carmesí.
Sobre las suaves montañas grises las viudas lloran, los
sabios comparten una broma;
corro a empeñar signos divinos para satisfacer el fraude.
El bufón amarillo no juega pero gentilmente tira de las
cuerdas
y sonríe mientras los títeres bailan en la corte del Rey
Carmesí.
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