A
través de la neblina de un millón de años de energía, tres
jinetes se deslizaban por la superficie de la llanura de
Tallowcross y
corrieron hacia un sueño. Su lugar de encuentro quedaba
entre las ciénagas y los
Jardines de Geda y las masas de las
montañas elevadas, donde las fuentes de luz y de color y los
suaves vientos de la pasión, que existen abiertamente a
través de la sabiduría, rodeaban a los tres en esa noche
silenciosa, cantaron juntos sólo a través de movimientos,
mientras alrededor de ellos centelleaba y coreaban
maravillados.
OLIAS debía construir la
nave, el
Moorglade Mover
RANYART guiaría la luz
creadora de momentos
QOQUAQ, un líder, un
moldeador de la gente de Sunhillow.
Cuatro tribus vivían en Sunhillow y existían a través de la
música, los ritmos y los tiempos, cada una de las tribus
lograba una luz propia a través de sus canciones a las
estrellas, de modo que toda su energía, sus almas, su
tiempo, sus movimientos estuviesen de acorde a las
estrellas.
NAGRANIUM -
pulsación sobre la piel oscura grave y alargada
ASATRANIUS -
líneas discordantes de una sola tonalidad
ORACTANIOM -
catarata de metal liviano
NORDRANIOUS -
tejedores del cuerpo del sonido
La danza de Ranyart empezaría el llamado; con rayos de
alternancia dirigidos a los cielos. Doblando la vara de la
luz creadora de los momentos, se movió con la gracia propia
de él y recargó el aire para que se partiera y lo llevara
hacia el curso de la pasión.
Olias
había estado ocupado, y habiendo cantado su canción los
árboles de aspecto metálico con sus hojas doradas
discordantes cual nieve de invierno, movieron sus poderosas
raíces para bailar lentamente fuera de posición hacia Olias
para crear la estructura del Moorglade. Con las alas
extendidas de un águila y los mástiles elevados con
suficiente espacio para todos, se paró, casi listo,
requiriendo sólo ser vigorizado y cubierto, y esto sería
hecho por el pez del océano, el 'solar'. Olias se extendió
con su voz y el sonido los alivió de su ejecución.
Mientras las partes entrelazadas e internas movibles del
océano se elevaban al aire brillando en el rápido viento,
ellos se apresuraron con expectativa hacia la estructura y
aplastaron sus formas y se abrocharon y murieron como todos
lo harán: el Moorglade estaba listo.
Arrojándose al espacio entre incontables planetas hermanos.
Sunhillow mantuvo las tribus por tanto tiempo como pudo;
Qoquaq se sentó solo en el valle, a puntos cercanos de todo,
y le cantó a las masas de tierra hacia el Este; mientras el
sonido ascendía y repicaba más allá del valle, se escuchó
una forma distante, se despertó con ritmos profundos que
hablaban del movimiento, mientras lenta y de forma segura
Nagrunium despertó el mensaje de amor y de prisa.
Se
escuchó un zumbido en lo profundo del Este como una
formación de sonido convergiendo hacia el valle. Se podía
ver el metal reluciente y repiqueteando en la neblina del
Oeste. Qoquaq, casi en trance, cantó los ritmos en un tono
claro mientras los cantantes del Norte se acercaban a la
escena. Mientras empezaban a mezclarse surgió algo extraño y
disonante; cada tribu no se había visto antes y se cantaron
al mismo tiempo para lograr el balance. Aún vistos a través
de un velo de inocencia, el movimiento era tan fuerte que
todo lo que se podía mover, se movió a través de Qoquaq, tan
poderosa era su canción. Luego se levantó suavemente como si
no hubiese visto nada y los guió hacia la nave, el Moorglade
Mover. Olias le cantó a Qoquaq mientras que las tribus del
sonido, en un estado en trance, aparecieron en la llanura de
Tallowcross. Su canción de bienvenida fue para reunirlos más
cerca a la nave, mientras subían a bordo el ruido resonó por
dentro, ritmos superponiéndose unos sobre otros y se
volvieron tan intensos que en un solo movimiento las
gigantescas alas del Moorglade empezaron a cobrar vida.
La
nave lentamente se arrastró por la llanura, sobre el océano,
en el punto donde las aguas empezaban a moverse por debajo
de la nave. La cubierta solar reaccionó contra el sentido de
visión hecha vida, y mientras el Moorglade empezó a
acelerar, aumentando la velocidad, apareció una gran marea
contorneante y se elevó a lo alto hacia las estrellas,
impulsando al Moorglade hacia el espacio y para viajar con
las velas gigantes destellando a las estrellas, y mientras
la nave viajaba hacia el espacio, se oyó un estruendoso
estallido lejano mientras Sunhillow explotaba en millones de
silenciosas gotas de lágrimas.
Dentro de la nave todo se aquietó y como Olias y Qoquaq
estaban en un sólo trance piloteando la nave y Ranyart en el
espacio profundo; las tribus se quedaron solas para ver su
propia situación.
Casi
al mismo tiempo, hubo un murmullo de duda que se redobló
hasta llegar a ser un ruido y un desorden de
estremecimientos de descontento.
Moon Ra, la desorientación, mostró su rostro, y
ellos lloraron y gritaron por misericordia atormentándose
unos a otros y a sus propios sentimientos, liberando sólo el
miedo y el dolor. El sonido fue de total falta de armonía y
de balance resonando a tal tono y contratono sin voz que lo
que se elevó de sus alrededores fue incómodo y sombrío, su
propio temor había creado una forma desde lo profundo de sus
propias almas. Todo se descubrió ante ellos. La forma se
elevó y llenó los muros interiores de Moorglade y podía
partir los muros alrededores con tal fuerza y tensión que
derribaría toda la inmensidad del espacio para perderse por
siempre.
En ese instante Olias despertó de su ubicación como piloto,
parado, con sus brazos extendidos contuvo consigo el terror
y los llantos de tormento de la gente, les cantó acordes de
amor y de vida y acarició la forma hasta que se rindió. La
gente ahora en una luz deslumbrante, se relajó y durmió bajo
de una manta de cristal, cada uno en estado de crisálida,
mientras el Moorglade se aventuró hacia el espacio con una
canción de amor que fue liberada y tocada entre ellos.
Ranyart
había descifrado la ruta y bailó en una cascada de felicidad
mientras la nave se extendía hacia tierra, y empezó a cantar
una nueva
Canción de Búsqueda
mientras se remontaba sobre las colinas. Las nubes se movían
junto con el viento silencioso, mientras que el acorde
plateado de la vida empezaba. El Moorglade se posó sobre las
llanuras de
Asguard, y desde adentro emergió una mente de
muchos pensamientos; un solo sonido; una única alma,
uno.
Y así partieron Olias, Ranyart y Qoquaq, escalaron la
montaña más elevada, acostados con los ojos fijos a las
estrellas, sólo viendo las estrellas, se volvieron uno con
el universo de nuevo y se alejaron hacia el Sol.