No olviden que McAloon (Jim Webb, Brian Wilson y Lindsay Buckingham todos en uno si eres un fanático o el Andrew Lloyd Webber de la era post punk si no lo eres), pasó su tiempo libre escribiendo canciones para Jimmy Nail, así como Dios Te Está Viendo, un casi éxito para Frances Rubelle. Indudablemente, hay momentos en que la astucia de "Alturas de Andrómeda", la barnizada producción (Thomas Dolby está ausente, no es que lo notes) y el trabajo en los sintetizadores, los saxofones y las cuerdas, vira hacia la obsolecencia de la música fácil de escuchar.

Estos momentos son raros. Además, todo es cuestión de percepción. Porque en lo que al rock se refiere por 1997, esto es radical. La hiper literatura, la cordial reverencia, la sensación prevalecente de un amargo romanticismo, nadie, ni siquiera ABC o Scritti Politti lo hace más. 

Empieza con Guitarras Eléctricas, vaya título, como Ametralladora Ibiza lo era en "Jordan". No es una crítica de la tendencia musical contemporánea, sino un recuento de un sueño de estrellato del rock que se convierte en realidad, toda el "maquillaje que se corre" y la "histeria a go go". Una pequeña pieza de extravagancia, o una auto desaprobación de la historia de Prefab (McAloon puede recibir cierto nivel de escrutinio, pero son pocas las chicas que se mueren por él), De cualquier forma, inicia el tono cinemático: "Alturas de Andrómeda" sería una gran banda sonora.

Una banda sonora acerca de enamorarse y desengañarse, por supuesto. Como "Todos Te Dicen Que Te Aman" de Woody Allen, comunica el rapto del amor aunque evita las acusaciones de trivialidad a fuerza de su propia ambición. 
Pero si esperas los punzantes juegos de palabras de antaño, puedes sentirte desilusionado. En un tema como Cruel (de Swoon, 1984), el que fuera entrenado para ser sacerdote exploraba la culpa Católica por medio de una apasionada muestra del deseo masculino heterosexual que tomaba en cuenta el feminismo. En Apetito (de "Steve McQueen", 1985), ofrecía un retrato seductivo pero crítico de la lujuria insaciable. Aquí, Paddy no parece decir nada más complejo que "La Vida es un Milagro", maravillándose en El Misterio del Amor mientras flota sobre una Avenida de Estrellas. Sin embargo, la magnificencia Hollywoodense de la aventura desvanece cualquier temor a la banalidad. La fantasía a lo Disney de "Quien quiera que Seas", el sonido del glockenspiel de Anne Marie, los glisandos de arpas del tema principal . . . este es material audaz. Aún El Quinto Jinete, la única concesión del álbum para roquearse, es un "gossamer blitzkrieg" comparado a otros de su género. La angelical Wendy Smith susurra flotando sobre capas ingrávidas de instrumentación acústica, cortesía de Martin, el hermano de Paddy. Prefab entra a una totalmente nueva dimensión de sonido lascivo y de viveza lírica en Cisnes, dos minutos y 36 segundos de casi una belleza hímnica. La misteriosa desnudez contra un motivo básico con el piano eléctrico, contrapunteado por el arpa y los violines. McAloon canturrea, respirando como siempre, un corto poema cuya imaginería está afectado enormemente.